A priori, para un lector asiduo, la respuesta a esta pregunta parece evidente. Me resulta fascinante el hecho de que, cuando leemos ficción, nos ponemos literalmente en los zapatos de un personaje, vivimos lo que él vive, sentimos lo que él siente e interactuamos con circunstancias y personas imaginarias. Existen estudios que dicen que el cerebro es incapaz de diferenciar una experiencia leída de una vivida realmente, y creo que la lectura de ficción necesariamente nos obliga a amoldarnos a la forma de pensar del protagonista de la historia: así es como simpatizamos con Juan Pablo en El Túnel, o con Humbert Humbert en Lolita. Las conductas de ambos personajes (el femicidio en el primero y la pederastia en el segundo) pueden resultarnos inadmisibles, pero el hecho de vivir la historia desde su punto de vista nos arrastra a, en cierta forma, comprender el lugar desde el que comete esos crímenes.
(Quiero aclarar que NO estoy justificando el femicidio ni la pederastia, sólo digo que comprender mejor a los perpetradores de estos crímenes puede ayudarnos a abordar mejor la temática y prevenir que los cometan. Como en Mindhunter, muy buena serie, véanla.)
Del mismo modo, ejercitar la capacidad de ponernos en el lugar del otro puede ayudarnos a resolver conflictos interpersonales, como por ejemplo una discusión en el trabajo, o una pelea entre niños en el ámbito escolar. Si Juan comprende que a Lucía no le gusta que toquen sin permiso ese juguete que trajo para el recreo, y siente empáticamente su angustia, entonces le resultará más fácil abstenerse de hacerlo, y quizás la próxima vez pedirá permiso. Así, la empatía sirve de apoyo al aprendizaje de habilidades sociales, y ambas pueden obtenerse a través de la lectura.
Entonces: ¿es posible que la lectura nos ayude a mejorar nuestra empatía y habilidades sociales? Hay muchas formas de aprender y la literatura está llena de arquetipos de conductas que nos sirven para resolver problemas cotidianos. Si a esto le sumamos que, además, cuando leemos una historia que nos gusta nos conectamos con las emociones que sienten los personajes, obtenemos una hermosa fórmula para el aprendizaje significativo.
¿No sabés lo que es aprendizaje significativo? Buscá nuestro artículo sobre el poder de la lectura.